martes, 26 de febrero de 2013

Dirección: Trinidad.

Pareciera que salir de la Habana después del atardecer en el Malecon seria un trago más amargo del deseado. Las calles empedradas, los rincones ocultos donde abandonarse al tiempo e incluso al espacio indeterminado que tienen sus edificios llenos de vida harían que los pasos volvieran una y otra vez a disolver las desilusiones e insatisfacciones entre sus gentes, entre los rincones que con tanta fe cobijan a los habaneros. Pareciera que la ciudad con esos enormes ojos azules del color del Malecón nos hubiera hipnotizado hasta el punto de no querer salir, aun sabiendo que nos esperaba la ilusión, el brillo en los ojos de esas otras personas muchas veces olvidadas del mundo, allá donde la rutina que todo lo envuelve, gira la vista y baja la cabeza para no querer saber.

Sin lugar a dudas teníamos por delante un recorrido alentador, no tanto por lo que veriamos ( que apenas imaginábamos...) sino por la sensación de lo imprevisible, lo que uno nunca sabe pero espera que suceda.

Conseguimos un coche donde recorrer carreteras de irregular asfalto (pero asfalto al fin y al cabo ) y con los asientos a rebosar de ilusiones se iniciaba un camino que deberia llevarnos hasta Trinidad objetivo unico para los proximos dos dias.

Convencimos a un excepcional guia, alguien que jamas habria imaginado podria acompañarnos en una aventura asi, un fotografo, documentalisa guatemalteco afincado en cuba desde hace muchos años, laureado internacionalmente, persona sencilla, afable y con ese espiritu aventurero igual que el que me trajo hasta aqui. Alejandro Ramirez, ya siempre estará en mi corazón. Gracias por todo lo que me has dado... .

Llegando a Ciénaga de Zapata nos desviamos hasta Palpite donde hay una comunidad creada por el famoso actor Manuel Porto: Korimacao.

Korimacao es el sueño de un romántico hecho realidad. En esta comunidad perdida de la provincia de Matanzas conviven 180 personas dedicadas a formarse en cualquiera de los oficios que conlleva el teatro y las artes plásticas. Yander y Liliet dirigen esta maravilosa realidad con la ayuda del estado, que con su presupuesto, y mucho esfuerzo por parte de cada persona que vive en este recinto, consiguen construir y realizar cada elemento de sus obras escénicas.

Los jóvenes que conviven en este lugar deben pasar una prueba de talento sin ser requerida titulación alguna para ella y reciben un sueldo desde el primer dia de trabajo. La verdad es que la labor que desarrollan para las comunidades de su provincia e incluso de Cuba en general, es encomiable, con un único objetivo: llevar la cultura a cada rincón. Esta es una idea muy alejada del mercantilismo en el que vivimos en Europa. Aunque tienden a ser prácticos aún hoy en día, siguen creyendo en lo imposible. El brillo de sus ojos me hace temblar de envidia porque ese tipo de mirada la tuve hace tanto tiempo ya... .

Hablamos durante un rato y la intención de reflejar en fotografías la vida del campesino nos llevo hasta...

... uno de los chicos de la comunidad de Korimacao es de familia de carboneros y se ofreció a llevarnos hasta el lugar donde trabaja con su familia. Parece increible que en un domingo alguien salga corriendo para llevar a unos fotografos a ver su dia a dia. La familia de Luis ( asi se llamaba nuestro pequeño guia...) se dispuso en pleno a viajar en su carreton hasta la pequeña finca cercana a Palpite.

Alli cortaron leña, la apilaron y transportaron en el carretón, limpiaron la zona donde iba a ser depositada la madera, y finalmente hicieron una gran pira con ella donde quemaran durante días bajo supervision de los carboneros para poder ser embalada en sacos y finalmente exportada a Italia donde todavía tiene su mercado.

Un trabajo durisimo llevado con la soltura y la valentía de las personas que luchan y caminan por el sendero del convencimiento de que esta es la realidad que les ha tocado vivir.

Impresiona verlos trabajar de esta manera, el brillo de su piel quemada por las horas de exposicion al sol, el entusiasmo puesto para explicar cada proceso en la fabricación de aquel " tesoro" que era el sustento de las personas que conforman esta familia de trabajo, en este lugar olvidado por el mundo y bloqueado por la inmundicia y la doble moral de un Occidente que no respeta los principios morales que predica.

Despedimos a las familias que hemos conocido ( carboneros y artistas de culto ) en este día extraño pero feliz y seguimos camino de uno de los paisajes más bonitos de Cuba: la cordillera del Escambrey. En ella busco refugio un joven comandante llamado Ernesto " Che " Guevara para dar el último golpe a la dictadura de Batista en la toma de Santa Clara. Mañana podré presentarle mis respetos al espíritu de quien fue mi ídolo político de juventud y que a día de hoy, al pasar de los años, sigue representando una figura muy importante que conformo a la persona que ahora soy, fruto de su influencia política.

Casacadas y bosques de helechos nos esperan en un camino lleno de historia: la de un país que lucha con toda la dignidad de la que hace acopio cada día por salir adelante. Luchar, combatir... estoy convencido de que finalmente : ¡Vencerán !

Hoy el atardecer esta cargado de palmeras, vegetación y un cielo empedrado que me hace reflexionar sobre la importancia de una simple puesta de sol, de la resistencia que la rutina impone a nuestras vidas sin que seamos capaces de decir basta.

Todavía queda llegar a xxxx el pueblo donde Carlos el hermano de Liliet nos dará cobijo por esta noche. Su humilde familia nos acoge con sonrisas, buen café y todo cuanto tienen. Conmueve ver estas muestras de solidaridad cuando hace tan sólo unas horas antes no conocíamos ni siquiera a su hija.

Y todavía dio tiempo a sentir el aire fresco de una noche frondosa, la charla amigable sobre lo de aquíy lo de más allá del mar, y ver como nuestro ángel de la guarda limpiaba sus tristezas bajo la luz de una cascada de luna en un lugar más allá de la Cuba que hoy he conocido.

Buenas noches Madrid. Buenas tardes La Habana.

 

sábado, 23 de febrero de 2013

La Habana vieja.

El amanecer no es muy distinto al de otras geografías: algunos ruidos de coches por la ciudad, gente caminado en distintas direcciones, y policías patrullando megáfono en mano por las calles. Es una sensación rara, como si paneles antiruido silenciaran las calles, escondieran los sonidos estridentes de esta ciudad.
Caminar por el asfalto cortado, por las aceras rotas, por las avenidas llenas de edificios desterrados al olvido. Palacios, casas de una sola planta con su herrería, sus patios de columnas, sus sabor a colonialismo, mirando al mar en la avenida del Malecón.

En el la plaza de José Martí junto al capitolio empieza la Habana vieja. El edifico de Gómez Mena ( que es toda una manzana....) es una muestra de la riqueza pre revolucionaria y, en la actualidad, esta siendo reconstruido por los chinos para levantar en el un hotel de lujo.
Caminando en dirección a la calle Obispo las gentes inundan con sus historias vitales cada centímetro de recorrido. En la esquina con El Floridita ( el mejor Daiquiri del mundo según Ernest Hemingway...) Vicente me pregunta que como esta España. Ante mi pesimista respuesta, su razonada reflexión:
El pueblo español, nuestra madre patria, sabrá defenderse. Escepticismo. Seguimos hablando sobre la revolución sin pelos en la lengua, sobre las consignas que ya no valen en este mundo del que los cubanos quieren formar parte, a su manera, con su cultura, defendiendo su patria, pero sin dejar de criticar el sistema que les maniata y les ahoga, pese al aperturismo de los últimos años.

Calle Obispo abajo, tiendas de souvenirs al estilo cubano. Y entre manzana y manzana un patio con salsa, y una cerveza fría, Bucanero. Mientras aprovecho para desgranar la conversación y descansar, pienso en la burguesía cubana de los años 40, en lo que tuvo que ser esta riquísima Habana. No me puedo imaginar esos salones de lujo y esas mansiones en perfecto estado: los casinos, los clubs, el glamour que reinaba en esta ciudad que no dejaba de ser un decorado mas de la moda de Hollywood, con los americanos inundando de soberbia y prepotencia cada palmo de esta bonita tierra y el pueblo llano muriendose de hambre y humillado en su propia tierra.
Imagino sí esas casas del Malecón tuvieran el esplendor de antaño y si esas calles que todavía mantienen ese olor a antiguo, volvieran a ser la mitad de lo que eran,  "el capital" se volcaría sobre esta isla, invadiendo y destruyendo el espíritu de la ciudad.  Pero eso es algo que afortunadamente todavía pueden decidir los cubanos: su futuro.
Baile, alegría, coches de otra época, gentes que superan las adversidades con ingenio y una sonrisa. La brisa del mar desnuda el sofocante calor del día poniendo un toque de frescura al clima, a las palabras y a la fotografía. Las miradas se clavan en el objetivo mientras coloco mis ojos en dirección a sus vidas.
El sol, que hasta ahora todo lo inundaba, empieza a revolotear entre las nubes en busca de su merecido descanso. El mar que bordea el Malecón prepara la cama donde descansara hasta el día siguiente, la luz que ilumina los pasos de ese mañana que volverá a emocionar cada instante recorrido en esta vieja ciudad.

Buenas tardes Habana. Buenas noches Madrid.
Puesta de sol desde el Malecón



La Habana

Nueve horas de vuelo entre rumores de un Madrid que se aleja y el imaginario "son" que espera dormido a tan sólo unas millas.

No me atrevo a mirar hacia atrás, en dirección a la vida, a ese pasado inmediato lleno de incógnitas que difícilmente se resuelven. Una vez más, me alejo de ellas como si quisiera escapar, como si esa huida hacia adelante fuera a dar con las respuestas adecuadas, cuando no me he parado a pensar demasiado en sí las preguntas son las correctas.

Imagino las calles sudorosas del malecón, sus recovecos disueltos en decadente barro y sus sólidas gentes sujetando el pasado, ansiando el presente más que nada en sus vidas.

Imagino la cara de asombro y la incontinencia a la hora de disparar la nueva cámara. Me caben mil dudas de sí sabré ni tan siquiera enfocar, en definitiva, el miedo a la "foto en blanco."

Ahora toca rellenar los papeles de inmigración, toca resolver las dudas y las preguntas de las primeras caras que darán imagen a la vieja Cuba de Fidel. Veremos como es en sí misma y en comparación con sus vecinos del sur.

Hay un leve hormigueo en el estómago. Hay algo de ansiedad en mis manos: escribir, fotografiar, sentir. Vamos alla: la vieja Habana me espera.

Buenas tardes Habana. Buenas noches Madrid.