martes, 28 de octubre de 2014

Hanói: En las vias del tren.



Hanói es un bazar, el rastro de Madrid multiplicado por mucho.... Cada calle es un maremagmun de tiendas y bares llenas de productos amontonados, descolocados, apilados en grandes montañas de ropa o alimentos dispuestos a despacharse en unidades o decenas. Un rastro anarquico, sin orden, sin el mas mínimo estilo pero lleno de colores, olores e incluso sabores que hacen de este lugar un sitio imprescindible para pasear ( con paciencia..) e incluso admirar.

Antiguamente este conglomerado del centro estaba compuesto por 32 calles. Ahora aseguran que han llegado a las mas de cincuenta y cinco para conformar un "casco viejo" . El lago Hoam Khiem es el centro neurálgico : hacia un lado el Mausoleo de Ho Chi Min y los monumentos mas representativos de la ciudad. al otro los bares , las tiendas, y los restos del barrio francés. ¿ hacia dónde he ido? Pues eso, ¡ una Heineken Vietnamita por favor.... ! 

No se ven demasiados bancos ni negocios de firmas europeas, no en vano estamos en el reino de las copias: hasta la ropa de Zara es copiada a un precio de risa. North Face es una de las estrellas de la colección.

Hoy es domingo y todo el mundo sale a tomar sus refrescos, cafés o Nuoc mia, zumos de caña de azúcar con menta, -lo que viene a ser un mojito sin ron... - a los bares de alrededor del lago Hoam Khiem, Las calles a las once de la mañana están plagadas de motos y algunos coches que ocupan cada metro cuadrado de espacio.
Lo vendedores callejeros, los puestos de comida en la calle ocupan las aceras ( a las once de la mañana los vietnamitas están ya dispuestos a comer…)  con lo que el sitio que te queda para caminar es la carretera.
Este sería el paraíso de mi madre: cruzar por donde quiera y como quiera cualquier calle. Me da la  sensación de que aquí lo de los ojos es porque los cierran al cruzar la calle, y se han quedado con el gesto.  



Reflejos en el lago Hoam Khiem


Entre pitidos, frenazos, esquivar personas y chillar como si les debieran dinero, van pasando la mañana. Pero no, no suelen  estar enfadados unos con otros, de echo me parecen un pueblo muy pacifico ( eso sí, no les toques las narices como hicieron los charlies…) y chillan de esquina a esquina porque tienen ese bonito tono de voz. Pero si aguantas la mirada unos segundos todo acaba en una sonrisa.

Me resulta difícil fotografiar nada. La gente es muy occidental, y tienen muchas de sus costumbres parecidas a las nuestras. Se ve un pueblo con los recursos justos, pero que tiene acceso a las más básicas necesidades. Las terrazas están llenas de gente y muy pocos europeos en ellas. 

Asi vive Hanoi un domingo cualquiera. Una ciudad con 6 millones de habitantes, donde parece que todos van a por todas. Cuando llegue a las montañas creo que voy a ser un bicho raro…creo que allí están menos acostumbrados a ver turistas. Eso me dicen. Ya veremos.  

Esta es una ciudad joven, llena de bullicio y da la sensación que de mucha improvisación. Tiene ese aire fresco y caótico de los veinte años. O al menos es la impresión que me voy a llevar de aquí.

Mal dia de fotos, como dije antes. Amaneció nublado y no pude ver salir el sol por el medio del puente rojo. Y continúa nublado y por mas que camino no encuentro ese motivo que me haga pensar que tendré al menos dos o tres imágenes para disfrutar hoy. Mi amigo Luis diría: siempre llorando ¡¡¡¡ayyyy!!!!... jajajja.

Pero como cada día camino con la ilusión de encontrar la foto y como casi siempre al final “ ella” me encontrará a mi. 

Sigo caminado buscando la via del tren. Se que en algún lugar de Hanoi, la gente vive pegada a las vias. Camino entre suciedad. No tanto entre pobreza porque la verdad es que a los ricos no les he visto mucho y el resto todos viven mas o menos igual, por lo que puedo ver a 4  o 5 kilómetros alejado del centro de la ciudad, pero sucio bastante. 

Rodeo la estación de tren para enfilar la via y espero no equivocarme de dirección. No hace falta caminar mucho para ver el espectáculo: Las vías están pegadas a las casas. A veces cuando estas trazan una curva cerrada parece que se meten dentro de ellas. 

Creo que este es el inicio del viaje. Sólo por esto ya ha merecido la pena llegar hasta aquí.

El tren pasa en hora y media. Así que mientras tanto, voy a ir recorriendo la vía y visitando este insólito lugar. La gente trabaja, tiene tiendas e incluso come en medio de las vías. No cabe duda de que es parte de su mobiliario y que están acostumbrados a ello. 

Las diferentes estaciones por las que he pasado en esta hora y pico están vigiladas por un jefe de paso o  guardarailes. En tres de ellas parecían niños con uniforme los que vigilaban En la última estaba jugando con unos amigos igual de pequeños, a correr por encima de las vías.  Son niños. No hay mas que hablar.





Vías del tren en Hanoi




Después de esta hora y media larga se oye pitar al tren. Se acerca despacio. Se siente el temblor del suelo y algunas personas asoman en un lado y otro de la " calle". 

Colocado en una curva,  con la luz del diafragma preparada, y el espacio/ tiempo  que he de dejar para disparar. ¡ Ya esta aquí!: Suena el primer disparo, y uno mas y… “FULL”, tarjeta llena. Se acabó. Hoy no era el día. 

Mientras intento cambiar a toda prisa la tarjeta de memoria, veo como pasa el tren, veo pasar mi foto, y otra mas… esas que ya se quedaran sólo en mi memoria. En fin, en otra ocasión quizás. 

Unos abuelos que observaban alucinados la secuencia con una media sonrisa disimulada              ( ¡¡¡hacerle fotos al tren!!!, -debían decir…-) se percatan de que algo ha pasado y cuando paso por su lado me ofrecen una silla y un té. Les digo que si, que venga ese té ( amargo no.. lo siguiente...)  y nos ponemos a hablar de nada:  ellos en Vietnamita y yo en castellano. Nos hemos entendido a la perfección. Digo yo…

Asi que para quitarme ese sabor voy a tomarme una cerveza... me lo merezco. Y por torpe voy a volver andando y de paso me voy perdiendo por las callejuelas a ver que encontramos. 




En estos momentos echo de menos a los míos. En las bromas con mis hijos que me quitarían el disgusto en dos segundos. En los ánimos de mi hermana ensalzando cualquier otra fotografía que tenga a mano... en los soles y los buenos días de la gente que me quiere, en los diminutos y sencillos detalles como hacer una llamada o enviar una wassup solo para preguntar ¿como estas?  o animarte con sus comentarios a seguir adelante. Para ellos y tantos que estos días están siguiendo este bog, van estas fotos y estas frases de hoy, con un final feliz... .

Mas vale pájaro... 



Buenas tardes Madrid.

Buenas noches Hanói.
 



 

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