sábado, 3 de noviembre de 2012

Con un ojo en Madrid y otro en Nepal.

Todavía escucho las músicas que reparte el aire por todas las calles de Pokhara mientras releo las páginas del libro de Javier Cercas sobre nuestros años jóvenes: las pastillas, los porros, el barrio que tanto eche de menos muchas veces.

El doce uno a Malta con los amigos en una minitele que apenas se veía, en la bodega de Emiliano, y tantas charlas en el muro de " los cortitos" comiendo pipas y jugando a ser mayores. Salíamos, nos divertíamos en un ambiente hostil rodeados de drogas y alcohol en exceso, y asi pasaron los años, esquivando como pudimos, las zancadillas del dia a dia. En fin la vida real, una más.

Se me ocurre esto, al margen de la lectura del libro, porque llevo algunas horas sobrecogido con la noticia de la muerte de las chicas en la macro fiesta de Madrid donde Ricardo, mi hijo mayor, estuvo hasta las seis de la mañana sin enterarse de lo que estaba ocurriendo a su alrededor. Es la vida, lo se, pero da miedo, mucho miedo... .

Ahora estoy caminado junto al lago, observando la infinidad de tiendas que lo bordean. Muchas de estas cosas( camisas, camisetas, bolsos, pantalones hippies....) fueron mi sueño, las vendíamos en nuestra tienda hace ya... demasiado tiempo. Los dias eran dificiles, habia mucha ilusion y poco dinero, mucho amor y no pocas dificultades. Uno nunca sabe lo que le espera en la vida: cuando crees que ya lo tienes todo, resulta que todo te falta.

Hay pocas cosas que comprar por aqui aunque .....Siempre hay algo. Ya veremos.

Doy una pequeña vuelta antes de coger mi vuelo, me asombran los sonidos de las máquinas de coser o los formones tallando madera. Todavía hay cosas hechas con las manos, todavia se mantienen las tradiciones y aquí se pueden ver muestras por cada rincón, aunque me temo que el " progreso" todo lo devorara.

Los artesanos, lo siguen siendo. La madera, la piedra, las telas, la joyería, el cuero y un sin fin de oficios prácticamente olvidados en nuestra vieja Europa, se dan cita en unos pocos metros cuadrados.

Los e-mails de los amigos son constantes, se agradecen tanto las palabras a tantos kilómetros de distancia..... Los comentarios, la preocupación por los estados de ánimo.... Cuanto valen las palabras y que poco valor les damos tantas veces.

No quiero que se penalice la melancolía. Hace tanto tiempo que me acompaña a donde quiera que vaya, que aún cuando me veáis reír, o me sintáis feliz, ella esta conmigo, no lo puedo evitar, es algo con lo que vivo.

La calle serpentea en busca del agua del gran lago. A su lado todo cambia de color, la luz impone su criterio, desvela misterios que nadie conoce, filtra las imágenes y a veces las refleja con su vaiven particular, con su habitual delirio, al compás de las olas que dejan los remos de las barcas al pasar. Los gigantes de la montaña se difuminan entre los fondos de colores al atardecer. Nada sobrevive a la especial puesta de sol en este lugar, todo va muriendo poco a poco, el agua se torna opaca, y el fondo es un sinfín donde se alojan los vientos y los quejidos sin motivo, un abismo del que nadie sabe salir.

Miro el reloj, mi vuelo me espera, estoy volviendo otra vez y quizás ya son demasiadas.

En Madrid uno de mis hijos se levanta de la cama como si nada pasara. Al pequeño se le han caído tres dientes y se acurruca al lado de su hermano, el mediano, que lleva horas levantado observando, jugando, bebiéndose la vida a grandes tragos.

Me dice que tengo mucha suerte por wassap, y tiene razón, si volviera a nacer querría volver a vivir esta vida, la que estoy viviendo, pese a todo, la mía.

En Baktapur apenas hay luz, casi todo es penumbra. Algunos portales disipan las sombras que sobresalen de las casas. La gente se sienta a la mesa y probablemente pone lo que tiene: ilusión, entrega, alegría... . Todos se sientan a la mesa mientras los hijos gritan y el y ella se miran como una rutina. Ninguno quiere más y aún así, los dos, lo quieren todo.

Buenas noches katmandu. Buenas tardes Madrid.

 

 

2 comentarios:

  1. Despues de 12 horas encerrada en poco mas de 30 metros cuadrados (eso si... Trabajando muy a gusto) es increible como este blog te puede transportar a Nepal durante 5 min sin moverte de una mecedora y... Casi sentir esos olores... Esos colores.... Y esos sonidos de los que hablas. Digamos que por estos 5 min ya valió la pena este dia. Gracias y sigue disfrutando y haciendonos disfrutar con tus palabras y tus fotografias.

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  2. Gracias por tus palabras, s bonito saber que hay alguien al otro lado del muro......

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