jueves, 16 de febrero de 2012

De Eslovaquia a Eslovenía.

La estatua representa a un soldado herido que presuntamente se enamoró de una enfermera eslovaca y se quedó allí a vivir.


Al salir de Viena en dirección  a Bratislava  el cansancio empezaba a pesarme demasiado. Los días  habían sido intensos y a veces la ansiedad  te exprime sin compasión hasta el agotamiento.

Me había pasado tanto tiempo elaborando mapas de ciudades imposibles que al abandonar Viena me caí en el asiento del coche sin poder elegir las palabras que debían llevarnos hasta Eslovaquía , 
Recordé entonces como imaginé esos recorridos por donde la memoria caminara absorta y la belleza de los lugares nos devolvieran con impetuoso desvelo una magia aletargada y mutante, una fantasía que la rutina esconde en los baúles de la nostalgia.

Bratislava esta apenas a 70 kilómetros de Viena, pero esta mucho mas  lejos de parecerse en cuanto a la concepción de ciudad se refiere. Sus calles  plagadas de historia fuertemente influencia por sus vecinos Húngaros y Austriacos la dotan de percepciones envueltas en arte y cultura. Es una de las poblaciones con mayor número  habitantes de centroeuropa. Por sus calles huele a romanos, celtas, germanos, judíos y  eslavos.  Mezclas de culturas que han dotado de  una personalidad única a sus gentes y a su carácter de metrópoli abierta y culturalmente avanzada. Posee un campus universitario con cerca de sesenta mil alumnos que convierten a Brstislava en una ciudad joven y abierta.
Aledaños Plaza San Miguel Bratislava
Al entrar en esta urbe uno se retrotrae al pasado del telón de acero donde los altos edificios de hormigón gris inundaban los barrios de hogares sin personalidad. A medida que descendemos hacia el centro histórico se adivinan luces de edificios con cierto sabor de siglos pasados. Calles empedradas y peatonales que dotan de armonía a la ciudad. La nieve, en abundancia,  es un decorado que no estorba ni enfría mas de la cuenta las calles del lugar. Quizás el frio esta tan dentro de mi, que 9 bajo cero me parece una temperatura casi agradable.



Hay muchos locales abiertos en el centro. algunos con un encanto que me sorprende. Ni en Viena he llegado a ver restaurantes con mas de trescientas botellas distintas en una barra,  ni  precios de entre 9 y 25 euros la copa. '¡¡¡¡¡¡Peligro....!!!! 

En el recorrido por algunas de sus calles me doy cuenta de que el nivel de vida debe ser muy alto: Zapatos, bolsos, tiendas de decoración con sillones  de 5000 euros... en fin  parece.una ciudad con muchos recursos,  Sus estrechas callejuelas poseen el encanto de los  pasadizos de piedra y los  cafes donde abandonar los pensamientos en armonía.  Lugares donde descubrir lo que has dejado atrás  y un futuro lleno de kilómetros por recorrer.


Mientras saboreo un café Vienes en Bratislava pienso en estos días como el mejor de los regalos. Desde aquí y desde allí, en unos lugares y en otros he sentido el aliento de mucha gente a mi lado contribuyendo para qeu pudiera cumplir  este sueño. Por eso cada noche que cerraba el portátil y mis palabras quedaban atrapadas en este blog, cada vez que la silla de un hotel hacia descansar mis recuerdos del día,   he llegado a sentir en forma de caricias las  palabras de aliento que me animaban a seguir desde distintos lugares.

No ha sido fácil desnudarse cada día entre frases extirpadas de un corazón dolorido y estigmatizado por los continuos sobresaltos de los últimos tiempos.
No ha sido sencillo admitir con palabras sencillas los diferentes estados de ánimo que ocupaban los días en comunión con las cosas que me iban pasando.

Uno siempre tiene miedo a a ser juzgado por los demás, pero está vez, he sentido la necesidad de expresar mi esperanza a través de las emociones mas cálidas y veraces que he podido encontrar dentro de mi.

No he querido parecer un enfermo sin solución, sino un personaje algo perdido por los caminos del olvido,   con ganas de empezar a decidir un destino que me llene y también que me exija.

Puente sobre el río Drava  de Maribor
La etapa de este día termina en Maribor, capital europea de la cultura en 2012. Esta ciudad conocida mas por sus deportes de invierno que por su cultura, tiene aspecto de ciudad joven y moderna. Su lado mas acogedor se encuentra en la ribera de un helado rio Drava. Allí conviven las terrazas de los restaurantes con una fauna de cisnes y patos que aún en este frío mes de Febrero, con una plataforma de hielo a su alrededor, disfrutan en las aguas cristalinas bajo el Puente sobre el río Drava  

Queda poco para despertar de este sueño. Apenas un par de etapas y ese final que permanece escondido aparecerá para decirnos adiós.   Recuerdo que es una palabra que alguien a quien quiero mucho no le gustaba pronunciar. Un día lo hizo, sin querer, (estoy seguro de ello) y yo no supe que decir. Para ella ese silencio fue decir demasiado.

Estoy seguro de que Ljubljana tiene muchos secretos guardados dentro de mi cámara. Estoy convencido de que saldrán de ahí dentro para mostrarnos el alma de esta penúltima etapa.

Cisnes en el rio Drava de Maribor







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