martes, 14 de febrero de 2012

Nieve a la orilla de Viena


Innsbruck




Innsbruck permanece discreta, en un plano intermedio, entre una acogedora Salzburgo y una señorial Viena. Su papel es de mediadora entre ambas: que a una no se le suba la fama a la cabeza y la otra no se considere el unico destino posible de Austria. Su calles son un reflejo de la paciencia que la rutina provoca en esos delicados edificios que sujetan el alma de tantos personajes, que como yo, colocan su cámara y su instinto al servicio de la memoria, para robarle, al menos, un trocito de su historia.

Calles de piedra y edificios que se intuyen señoriales. Se nota por la jerárquica disposición de sus calles  y la riqueza ornamental que en otro tiempo fue punto de encuentro de comerciantes y centro de comunicaciones  a través del  Rin.

Siento que estamos cerca de algo y no se que es. Los vientos helados de la mañana se adueñan del orden y la compostura y mi corazón refleja el clima inquieto e invernal que discurre fuera. Parece que algunas  canciones escondidas en una distancia que se antoja infinita, han dejado de sugerirme espacios temporales y hoy tan sólo son sonidos encontrados en una memoria que empieza a desocuparse sin remisión.

Lagos helados, montañas cuajadas por la nieve mas untuosa que jamas he visto. Casas perfectas con tejados rectos, paisajes dignos de la mejor maqueta de trenes que podais imaginar.

Estoy inquieto con Salzburgo, no imagino como será, he oído tantas cosas y  hace tanto frio...

Esta tela de araña compuesta de cables de acero que apenas deja ver el cielo, es Salzburgo. Calles estrechas y tranvías de todas las épocas recorren la ciudad. El sonido de los neumaticos pisando  las calles empedradas tiene su encanto mientras subo la alargada cuesta  a los pies de la colina Monchsberg que nos presenta en primera persona a  la Salzburgo de Mozart. La ciudad que fue centro neurálgico de la religión de todo centro Europa se erige solemne. Sus calles transpiran cultura y su majestuosidad indican que en otras momentos de la historia importantes mecenas como Sigmund Haffner      ( mecenas de Mozart)  rindieron pleitesía a este lugar.

Salzburgo
Mientras en otros lugares las guerras para enriquecer a las monarquías y empobrecer a los ciudadano era lo habitual ( me suena...) ,  en Salzburgo se construían palacios, catedrales  y el arte y la música se hacían sentir en cada rincón de la ciudad.. No es muy común que un arquitecto inicie y acabe una iglesia del estilo de la Catedral de Salzburgo. que fue construida sobre los antiguos cimientos de la vieja parroquia. Hacia 1615 se inició está gran obra  y se consiguió finalizar sin interrupciones quince años mas tarde.Conserva la pila  donde fue bautizado Mozart. Mientras, muy cerca de esta zona, la guerra de los 30 años seguía en marcha.

Vista obligada es el cementerio de San Pedro. Pasear por las calles de los cementerios me trae muchos recuerdos.
Cuando atravesé la puerta de forja atardecía en la ciudad. Un olor a cera único se palpaba en la frías superficies de mármol con letras esculpidas de un pasado cargado de vida. Cada lápida es una obra de arte y algo se mueve por dentro cuando leo con detenimiento los nombre del ayer.

 Siento un ligero cosquilleo que se adueña de cada paso despues de esta visita en dirección al laberinto de calles de piedra y cafés con dulces olores de invierno. El sonido de las pisadas acolchadas por la nieve, el vaho que simula estampas de película en mi objetivo, las sombras que se sitúan a mi lado en cada esquina, jugando en cada calle con las luces amarillas de los escaparates, son la esencia de esta ciudad plagada de novelas inacabadas.
Busco entre mis dedos relatos que acompañen a mi viaje y  no encuentro ninguno. Tan solo, vago perdido entre mis pensamientos y observo con detenimiento  las prohibidas estancias donde las teclas del  piano de un genio hicieron soñar a miles de personas que en esencia siguen viviendo en estas calles.

De repente nieve y mas nieve, pero en orden. Aquí todo está en orden, hasta los copos de nieve se organizan para caer en el paisaje de este país. Si no toca, no cae, si no hay hueco se queda en el aire hasta que les autoricen a aterrizar.. Las carreteras están siempre limpias de hielo y nieve.
 
Esta acogedora ciudad plagada de pasadizos te invita a  esconderte entre las sombras de un atardecer frio de febrero. Es distinta a todo lo que he conocido y te insufla una paz que he buscado en cada rincón de este viaje. No hay duda de que la vida es mensajera de tumulto o de silencio según se acomode a la presencia de los lugares....

A sólo dos horas espera un enigma. ¿Superará Viena a Klimt en un 14 de Febrero? Difícil lo tiene... .


Salzburgo

4 comentarios:

  1. Gracias por encontrar con palabras todo lo que me hace sentir esta bella ciudad....Me alegro que tu también encontraras su alma.

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  2. Sigue viajando, no pares, que tu vida siga saín un ir y venir, y no pares de escribir y de fotografiar todo lo que te rodea. Es difícil no sentirse a tu lado. ¡Qué envidia! Sana

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  3. Es mi favorita...Viena demasiado moderna.
    besazos.
    Isabella

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  4. La verdad es que los colores y las palabras se mezclan muchos días con los sentimientos, haciendo de todo ello un lugar común. No puedo evitar encontrarme en cada calle un recuerdo, un pedazo de otra vida, de otros dias.... tengo, a veces, la sensación de haber hecho este viaje en algún momento de mi vida.... . Besos a todos.... Seguid leyendo.... Hoy:¡¡¡Klimt!!!!

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